Ernesto Soltero

La Piratería: como solucionar el problema sin que el Estado lo empeore














Ernesto Soltero





La diferencia entre el capitalismo del libre mercado y el capitalismo de estado es precisamente la diferencia entre el intercambio voluntario y la extorsión.
Murray Rothbard
















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¿Crée Usted que los exhorbitantes precios de los CD´s de música son culpa del capitalismo?. Otros factores de mayor peso influyen, convirtiendo a la música en un artículo de lujo.


Usted es fanático de la música, y acaba de comprarse un cd de su artista favorito. No lo ha adquirido en una tienda (aunque muy de vez en cuando se da ese lujo) sino por intermedio de algún comerciante informal. El producto en cuestión resulta bastante económico, pues, no se trata de material original precisamente. Usted puede sentir remordimiento por su compra, o pensar que las disqueras se merecen las pérdidas al vender tan caro. Pero las causas que originan la piratería, no sólo en música, sino también en libros y películas, son las mismas, no importa cual sea su postura como comprador.


Resulta bastante fácil satanizar la piratería al considerarla un robo de propiedad intelectual. No le falta razón a quienes invierten en la realización de obras discográficas, literarias o cinematográficas y ven amenazado su negocio. La verdad es que el arte, más allá de las posturas anti-comercio, es un trabajo como cualquier otro. Pero en un sistema como el venezolano, en dónde nuestras prioridades son el alimento y la vivienda, comprar música, al módico precio de 60 BsF, resulta sumamente ostentoso. No obstante, pese a lo exorbitante del monto, ese es seguramente el costo real del producto.


Diversos factores influyen en el precio de un disco compacto. Aparte de los costos por fabricación y los derechos de autor, está el hecho de que la mayoría son elaborados en el exterior, y traen consigo costos de importación y aranceles (es decir, impuestos en las aduanas). La eliminación de esos aranceles harían más económicos esos cds importados, y no sería, al contrario de lo que piensan muchos, perjudicial para el país. A nadie le perjudica comprar más barato. Los impuestos son, por lo general, una estafa, pues, menos de un 10% termina invirtiéndose en obras de interés público. Pagamos impuestos para mantener vivos a los cobradores de impuestos.


Pero hay quienes creen que la eliminación de esos aranceles en las aduanas son un arma de doble filo. Consideran nocivo para la industria nacional el adquirir productos importados a precios económicos. La verdad es que la industria venezolana, no sólo en el ámbito cultural, saldría favorecida con medidas como esas. La materia prima para elaborar esos discos, por ejemplo, sería más económica, y harían más rentable su fabricación en el país. Una mayor cantidad de personas podrían tener oportunidades. La competencia daría lugar a precios más bajos.


Por otra parte, el Estado también le haría un favor a la industria nacional, no sólo en el caso discográfico o artístico, si eliminara medidas tan intervencionistas como los controles cambiarios o los dólares preferenciales de CADIVI, en donde el gobierno decide por nosotros (como si fuéramos niños) la cantidad de moneda extranjera que podemos comprar, y por ende, cuanto podemos invertir. Los inversionistas más perjudicados no son los de la “oligarquía”, sino los pequeños comerciantes.


Que el Estado, a través de sus organismos públicos dedicados a la cultura, financie discos, libros o películas y los venda a precios inferiores a su costo real puede resultar aparentemente beneficioso. Es tan difícil dejar de comprar un cd original barato subsidiado por el gobierno como el dejar de comprar una réplica ilegal. Sin embargo, muchos de esos proyectos generan pérdidas multimillonarias. Son financiados con nuestro dinero. El dinero de millones de personas puede ser utilizado para complacer a unas cuantas miles (como en el caso de esas películas de “La Villa del cine”, cuyo costo es superior a lo recaudado en taquilla).1


La conclusión es que la piratería es el típico negocio ilícito nacido de la prohibición 2, y la solución no consiste en fortalecer la represión gubernamental, sino en atacar el problema de raíz. Los subsidios gubernamentales tampoco son una solución verdadera, sino una ilusión. Contrario a la propaganda que hacen muchos ignorantes contra los mercados libres (como aquel documental amarillista y vacío titulado “La Terapia de shock”) una economía sin controles gubernamentales genera más riqueza en los ciudadanos comunes y corrientes. Cualquier persona cuyas necesidades básicas estén cubiertas puede darse ciertos lujos porque sus prioridades básicas (alimento y vivienda) están satisfechas. Las descargas de archivos por Internet son harina de otro costal… no todos somos tan fanáticos de la música como para querer adquirir un objeto “original”. Gran parte de quienes hoy en día bajan mp3, anteriormente copiaban la música en cd, y hasta en casette. No podemos obligar a comprar música a quién no es coleccionista.


Notas:


  1. Siento la necesidad, como individuo vinculado con el área artística-cultural de mi país de hacer una aclaratoria, adelantándome a posibles críticas. Si bien, se supone que por mi posición liberal debería prescindir de fondos estatales para mi trabajo, la verdad es que no se puede ser un liberal implacable en un país en dónde no existe libre mercado. El día que el Estado deje de ser un obstáculo para mi trabajo, dejaré de solicitar sus subsidios. Necesito sobrevivir, lamentablemente.

  2. Otros negocios ilícitos originados por la prohibición son el narcotráfico y el comercio informal. La legalización de las drogas, pese a ser cuestionable moralmente, eliminaría todas las mafias ligadas al negocio y un mayor control sanitario. El comercio informal es , generalmente, consecuencia de los engorrosos trámites burocráticos impuestos por el Estado. Un ejemplo lo tenemos en las patentes de industria y comercio, cuya solicitud resulta un verdadero gasto de tiempo y de dinero.

















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